El Voluntariado es una expresión de solidaridad y altruismo que implica dedicación y compromiso –una decisión que se toma de forma reflexiva, libre y responsable– con las necesidades existentes y de los objetivos colectivos de las personas vulnerables y de sus comunidades, la Real Academia Española lo define como “diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio”; es por ello que en donde existan estas necesidades podrán existir organizaciones de voluntariado –que en todo momento deben ser sin ánimo de lucro, dentro de programas y proyectos claramente definidos, suponiendo un compromiso que se toma por iniciativa propia– que precisen de la participación activa, voluntaria y solidaria hacia las personas, y que hoy en día es muy requerida por la crisis social y económica en la que estamos viendo en el mundo entero; sin embargo, quienes se implican en actividades como el voluntariado siempre afirman que al ayudar a los demás reciben mucho más de lo que dan, ¿por qué será?: los expertos en salud mental parecen conocer ya la respuesta.
En el corazón del voluntariado se encuentran las relaciones humanas y el potencial de éstas para mejorar el bienestar de las personas y las comunidades que genera un impacto en el mundo. La cohesión social –refiriéndose al grado de integración de la ciudadanía a su comunidad– y la confianza–, florecen allí donde prospera el voluntariado, una parte elemental en toda sociedad. “El comportamiento pro social (altruismo, cooperación, confianza y compasión) son ingredientes necesarios de una sociedad armoniosa y que funcione bien –explica el profesor Bryant PH Hui, asistente de investigación en la Universidad de Hong Kong–, es parte de la cultura compartida de la humanidad, y nuestro análisis muestra que también contribuye a la salud física y mental”, ya decía José Martí: “Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”. Según una investigación publicada por la Asociación Estadounidense de Psicología en el ‘Psychological Bulletin las personas que se involucran en un comportamiento más pro social –realizando actos de bondad y ayudando a otras personas– son más felices y tienen una mejor salud física y mental que aquellas que no dedican tanto tiempo a ayudar a los demás, pero no todo comportamiento de buen corazón es igualmente beneficioso ya que depende de muchos factores, incluido el tipo de amabilidad, la definición de bienestar y la edad, el género y otros factores demográficos del voluntario. Los voluntarios más jóvenes informaron niveles más altos de bienestar general, mientras que los donantes mayores informaron niveles más altos de salud física.
Por otro lado, según la organización británica Fundación para la Salud Mental, actividades como el voluntariado pueden reducir el estrés así como mejorar el estado de ánimo, explican que uno de los beneficios para la salud mental es que ayuda a tomar perspectiva y mejora la confianza y el control en uno mismo, entre los beneficios físicos, dar y ayudar a los otros podría alargar la vida, mejora el animo, la autoestima y la felicidad, ya que promueve cambios fisiológicos positivos en el cerebro.
Es por todo lo anterior, que vale la pena reflexionar y considerar integrarse a un voluntariado con algún grupo social, ya que son muchos los beneficios que puede generar al hacer voluntariado, como hemos podido notar desde la parte psicológica, disminuye los sentimientos negativos: las emociones dañinas como la ira, la agresividad, la hostilidad o la depresión tienen un impacto perjudicial sobre nuestra mente y nuestro cuerpo, viendo por la parte fisiológica que las emociones positivas reducen el estrés y fortalecen nuestro sistema inmune y de esta forma nos protegen contra la enfermedad; pero en la vida social también aporta una sentido de integración y reduce el aislamiento: formar parte de una red social conduce a una sensación de integración, reduciendo la soledad y el retraimiento; así también ayuda a tomar perspectiva, ayudar a aquellos que se encuentran en situaciones de necesidad, en especial a quienes han tenido menos suerte que nosotros, puede proporcionar una perspectiva más real y hacernos conscientes de lo afortunados que somos, lo que nos permite dejar de pensar en lo que nos falta y nos ayuda a tomar una visión más positiva sobre aquello que podría estar causándonos estrés; mejorando la confianza, el control, la felicidad y el optimismo: un acto de generosidad también puede fomentar que otros repitan la buena acción de la que han sido objeto y contribuye a una comunidad más positiva. Cuanto más se hace por los demás, más se hace por uno mismo: la evidencia muestra que los beneficios de ayudar a los demás pueden perdurar largo tiempo después al proporcionar un “banco” de recuerdos agradables que pueden ser rememorados en el futuro.
Pero en esta columna quiero recalcar el voluntariado juvenil, ya que como se dice, los jóvenes son el presente y el futuro de nuestra sociedad, lo cual nos conducirá a una vida con mayor estabilidad en todos los ámbitos; el voluntariado juvenil permite la participación activa de los jóvenes en proyectos con valores y principios –que en esta crisis social se están perdiendo– y en la realización de actividades solidarias. Es una forma que permite que los jóvenes contribuyan positivamente y desarrollen habilidades, valores e identidad generándoles múltiples beneficios como: el desarrollo de habilidades sociales, el liderazgo, la promoción de trabajo en equipo, la capacidad de resolución de problemas, el desarrollo de habilidades y competencias que les serán útiles en su vida futura, así como la adquisición de valores como la solidaridad, la responsabilidad social, el respeto, la tolerancia, la generosidad, la perseverancia, la sensibilidad y el compromiso con la comunidad –valores que en estas nuevas generaciones se han ido perdiendo y que les genera a los jóvenes un desarrollo integral de su inteligencia emocional–; generando la oportunidad para aprender sobre diferentes realidades sociales, culturales y económicas, lo que les permite ampliar su perspectiva del mundo y ser más empáticos con los demás, fortalecimiento de la autoestima y la confianza, ya que les permite sentir que están haciendo una diferencia positiva en la comunidad y que sus acciones tienen un impacto en el mundo. Además, un programa de voluntariado para jóvenes y adolescentes puede ser una oportunidad para que los jóvenes desarrollen su carrera profesional y amplíen su red de contactos, que le permita a lo largo de su vida un mayor éxito profesional. Todo lo anterior es una excelente opción para los jóvenes, ya que este es un período de la vida en el que suelen tener más tiempo libre, menos responsabilidades y más energía para dedicarse a actividades extracurriculares. Además, durante este período, muchos jóvenes están en la transición de la educación a la vida laboral, y el voluntariado para adolescentes puede ser una buena forma de adquirir experiencia y habilidades que pueden ser útiles en su futuro profesional, es por ello que introducirlo como parte del curriculum escolar en esta etapa debería considerarse como prioridad.
Por eso, esta columna se la dedico a todas las generaciones del voluntariado de jóvenes de Cruz Roja Mexicana, está agrupación juvenil cuyo objetivo es brindar apoyo a las personas que más lo necesitan, colaborando en temas de salud de grupos vulnerables, convirtiéndose en lideres y agentes de cambio, además de portavoces de las problemáticas sociales a las demás generaciones.
Actualmente en el mundo existen mas de 1900 millones de jóvenes entre los 10 y 35 años de edad, siendo la generación más numerosa de la historia, pero también la primera que ha crecido con conciencia de los grandes problemas que alberga nuestro planeta, y la última que goza de la oportunidad de ayudarnos a evitar sus consecuencias más nefastas. Los jóvenes como Kevin Sarmiento, Sebastian Santiago, Alfredo Megchún, Alejandra Arellano, Lizbeth Gonzalez, Raúl Aguilar, Brenda Montesinos, Javier Plancarte, Byron Kirios, Virginia, Ana Ivette, Manuel Boo, Liliana Alonso, Nicolas Zulcker; Julia Vazquez, como muchos otros que colaboran en esta u otras organizaciones de la sociedad civil, somos muy importantes para el futuro del planeta, está generación no solo es la más grande, sino también la más conectada de la historia estando en una posición única para movilizar una fuerza colectiva en favor del bienestar social, de un futuro sostenible, del establecimiento del diálogo y la creación de alianzas entre países y todos los sectores de la vida social, desde la política hasta las empresas, el mundo académico y la sociedad civil.
Con la nueva colecta que realiza Cruz Roja Mexicana, Delegación Chiapas, estos jóvenes han trabajado incansablemente y con su entusiasmo para ayudar a la población en Acapulco, Guerrero, después de haber sido afectados por el paso del huracán OTIS, donde muchas familias no solo perdieron sus pertenencias y sus familiares, si no también luchan en el día a día con la enfermedades endémicas que se presentan y por conseguir que comer, que vestir, y donde vivir; por eso, si hoy tu tienes la posibilidad de ayudar, te invito a que lo hagas a través de Cruz Roja Mexicana, Medical Impact y Cáritas, organizaciones que RedSalud Internacional, Nadro y Medica Farma Arcar han apoyado donando medicamentos e insumos sanitarios para que realicen su labor filantrópica y altruista, pero sin dejar de mencionar a Fundación ADO, Aexa Autobuses, Autismo en Positivo, Therapy, Love, Jóvenes con Causa, FEPECHIS, Bomberos de Tuxtla Gutiérrez, que nos han colaborado en la logística de entrega a Acapulco, Guerrero, y a los medios de comunicación tanto independientes amigos como Christian Gonzáles, Jesús Gómez y muchos mas como el Régimen de Chiapas, el Sie7e de Chiapas, que nos han dado cobertura de difusión que nos permite dar a conocer y sumar a mas personas en esta labor; para todos ellos, nuestro agradecimiento en nombre de todas esas personas que recibirán hoy y en los próximos días esa ayuda humanitaria que les permite tener la fe y certeza que vendrá un futuro mejor para ellos del que hoy están viviendo.
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